Meses antes de la Pandemia y tras múltiples reuniones, en tu empresa estaban ad-portas de implementar un cambio estratégico, el cual representaba todo un desafío y exigía un sinnúmero de coordinaciones. Recuerdas con claridad cómo una idea importante para dicho proyecto salió de una conversación casual que tuvo con un colega en uno de los pasillos de la oficina, luego de intercambiar comentarios sobre temas personales y algunas bromas, sin necesidad de una reunión formal. Ya con la crisis COVID-19, si bien en tu empresa han podido celebrarse algunas reuniones vía Zoom para celebrar cumpleaños, el cierre de año o hasta intercambios de regalos virtuales, sientes nostalgia por el contacto cara a cara y la oportunidad de socializar con sus compañeros de trabajo sin necesidad de coordinaciones previas, lo que solo se hacía posible en trabajo presencial. ¿Qué tanto la cuarentena y el trabajo remoto han cortado la oportunidad de conocerse más entre compañeros de trabajo, lo que contribuye a construir confianza y mejorar el clima laboral? ¿Acaso lo que hemos ganado por incrementos en productividad gracias a nuestras reuniones a distancia, no lo hemos perdido en compañerismo, trabajo en equipo e inclusive, creatividad?
El Efecto “Water Cooler”
Las pláticas informales y casuales en la oficina, conocidas como “water cooler chat” o “conversaciones junto al bidón de agua”, se dan cuando compañeros de trabajo toman un break entre sus tareas diarias, socializando unos con otros, en pequeños grupos, hablando de cosas personales o cotidianas, pero a la vez discutiendo rápidamente aspectos del trabajo. Dichos encuentros pueden darse en el kitchenette, cafetería o comedor, rumbo al baño o en las escaleras de la oficina y al no tener un contexto específico -horarios pre-establecidos, agenda ni acuerdos formales-, contribuyen a liberar nuestro estrés y representan algo así como un “recreo” dentro de nuestra agenda diaria.
Alex Pentland, director del laboratorio Human Dynamics del MIT, hizo un estudio con trabajadores de un call center usando fotochecks dotados de sensores de movimiento y microprocesadores, registrando la ubicación, recorrido y entonaciones de voz de cada partícipe. Dicho estudio descubrió que el “efecto water cooler” incrementó la productividad entre 10-15% en aquellos empleados que tuvieron más proximidad física y conversaciones informales con sus compañeros de trabajo.
La Eficacia
En caso tengamos a un colaborador de otra área de quién estemos esperando nos apoye con algún tema importante, sin éxito, más que limitarnos a enviarle correos electrónicos, mensajes de whatsapp y otro tipo de recordatorios, de hecho será importante poder aprovechar una oportunidad como la que nos brinda un encuentro casual dentro de la oficina, lo que facilita que la información “fluya” más.
Una investigación entre 134 empleados canadienses publicada en el Journal of Psychology en el 2014, concluyó que aquellos trabajadores con más altos niveles de interacciones personales con compañeros de trabajo eran más apreciados por sus colegas, recibían más apoyo de los mismos, tenían mejores evaluaciones de desempeño y más probabilidad de ser escogidos para participar en futuros proyectos de la empresa.
Cuando se propiciaba encuentros
La “nueva normalidad” nos marcó la pauta del distanciamiento social, pero hasta antes de la crisis COVID-19, diversas empresas propiciaban la proximidad física entre sus colaboradores en trabajo presencial, con espacios abiertos, cubículos y escritorios más pegados entre sí, así como diseñando ambientes que propicien hacer recorridos más extensos para ir al baño, kitchenette o comedor.
Buscando más encuentros casuales entre sus colaboradores, Google registraba la extensión de las colas que formaban sus empleados a la hora del almuerzo -no para reducirlas sino para mantenerlas en un largo óptimo- y las oficinas de Apple tenían baños con más capacidad y en una única ubicación por piso, para que más gente se dirija hacia el mismo sitio y recorra más distancia.
¿Concentración vs. distracción?
Si bien el trabajo remoto hace imposible los encuentros casuales presenciales entre colaboradores, si un trabajador tiene un ambiente adecuado en su vivienda y se organiza bien, podrá concentrarse más, escapándose del ruido de la oficina tradicional y evitando distracciones de colegas. Luego, aquellos trabajadores en trabajo presencial sin una adecuada supervisión ni cargas de trabajo bien balanceadas, correrán el riesgo de “relajarse” y no poner límite a sus conversaciones informales. La empresa debe definir indicadores y tareas ad-hoc, y el jefe asegurarse que el colaborador cumpla con sus funciones con responsabilidad, brindándole el apoyo y soporte necesario.
¿Cómo podemos mitigar la pérdida del “efecto water cooler”
No todo es trabajo |
Cada cierto tiempo, generemos espacios en los cuales se pueda conversar , de temas diversos, después de la agenda de alguna reunión, en un ambiente más distendido.. |
Uso de Apps |
Exploremos el uso de APPs que brindan plataformas informales para socializar a distancia, como DONUT o WATERCOOLER . |
Gestión del Desempeño |
Contemos con sistemas objetivos de evaluación del desempeño, con indicadores concretos y encuestas de 360º. |
Enfoque en resultados |
Evitemos la burocracia y definamos medidas objetivas de productividad, facilitando un entorno en el cual nuestros colaboradores puedan enfocarse en resultados, creando una cultura de “accountability”, haciendo a la gente responsable de “entregables” reales. |
Feedback |
Usemos las encuestas de 360º para dar feedback a nuestros subordinados Si un trabajador no sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades, y que estará su jefe para apoyarlo, será difícil que sepa en qué debe mejorar |