Aprende a conocer tus propios límites
Un compañero de estudios de la universidad ha empezado a hacer una brillante carrera en empresas de primer nivel tras haber vivido unos años en el extranjero mientras estudiaba un MBA. Recuerdas que, a pesar de ser muy inteligente y competitivo, era una persona sencilla. Un par de años después de su llegada, ha sido contratado como gerente en la empresa donde laboras y, si bien viene ganándose fama de ser un ejecutivo proactivo y eficiente, lo ves cada vez más como una persona más lejana y soberbia, muy distinta a la que conociste en la época universitaria. Trata a los demás de manera arrogante, sin respetar sus opiniones. «Se le han subido los humos» es lo que comentan algunos.
Sin embargo, al ser un directivo joven, brillante y con gran capacidad de persuasión, va consiguiendo seguidores en gente que lo admira y que va copiando su estilo de dirección y trato hacia otros. Te preguntas cómo es que el poder y el éxito profesional hace que uno pueda cambia así. ¿Es acaso la humildad una virtud imposible de cultivar en el mundo corporativo?
El ego en la empresa
El ego suele ser un activo muy poderoso en la carrera de un directivo, porque deja de lado la inseguridad, el miedo y la apatía, convirtiéndose muchas veces en un predictor del éxito profesional, acentuándose más y más cuando hay una sucesión de logros y reconocimientos públicos. Sin embargo, el peligro es que a un directivo que empieza a verse como más exitoso, inteligente o rápido que otros, puede costarle cada vez más el admitir errores, pues querrá siempre tener la razón, escuchará menos y creerá que está por encima de todos, a quienes empezará a ver como instrumento para sus planes, sintiéndose indispensable y especial.
En el libro Egonomics: What Makes Ego Our Greatest Asset, David Marcum y Steven Smith encontraron que, de gente de negocios que investigaron, el 35% estimaba que el ego costaba a su empresa entre 6 y 15% de ingresos anuales; si se tratase de solo 6%, ¡significaría alrededor de mil millones de dólares para una empresa Fortune 5001 promedio!
Si bien el referido estudio corresponde a Estados Unidos, es probable que en Latinoamérica la influencia del ego sea aun más fuerte, dado que las estructuras de nuestras empresas suelen ser menos planas y además, en el español está siempre presente el «usted» en lugar del «tú», lo que marca la diferencia perceptible entre jefe y subordinado, alejándolos más.
La humildad
Según la Real Academia de la Lengua Española, la humildad es una «virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento». Sin embargo, la misma R.A.E. refiere como sinónimos de humildad, «sumisión, rendimiento», muy en la línea de la que sostenía Nietzsche, para quien la humildad representaba una debilidad de instintos, propia de quien actúa inspirado por una «moral de esclavos».
La filosofía de Oriente le da la humildad un papel relevante dentro de las virtudes de los sabios, quienes ascienden a sus más altos niveles de conciencia trascendiendo su ego.
¿Qué hacer para cultivar la humildad en la empresa?
–No rodearnos de aduladores o «sobones», sino de gente con asertividad y que pueda cuestionar nuestras ideas. Tratemos de buscar personas mejores que nosotros mismos. Si contratamos gente con nivel mediocre, rara vez retarán nuestro intelecto.
–Fomentemos el trabajo en equipo, haciendo participar a todos y dando oportunidad para que todos hablen en las reuniones.
–No evitemos que cualquiera nos pueda hacer «sombra» o que destaque, si es que lo hace profesionalmente.
–Estemos más cerca de colaboradores de todo nivel, «bajando al llano», con un estilo de dirección más amigable y abierto.
–Propiciemos una política de «puertas abiertas», donde cada quien pueda buscarnos en cualquier momento, así no seamos sus jefes.
–Hablemos menos de «yo» y usemos más el «nosotros».
–Definamos políticas sobre trato al personal. Si nuestro jefe nos trata de manera justa, generará en nosotros un aprendizaje positivo y, seguramente, trataremos de ser justos con nuestros subalternos.
1 Una empresa Fortune 500 es aquella que se encuentra en el listado anual de la revista Fortune